Santo Domingo. Muchos son los historiadores que han investigado y registrado en libros y revistas sobre los hechos que originaron y dieron fin a la primera intervención militar norteamericana del 1916.
La fecha del 12 de julio del 1924 se recoge en esos escritos como el día en que, tras ocho años de dictadura militar extranjera, se instauró un gobierno nacional, con Horacio Vázquez como presidente, cargo para el que había sido elegido en el mes de mayo.
Sin embargo, la salida de las tropas fue paulatina y, según algunos historiadores, las últimas en salir lo hicieron el 18 de septiembre del 1924, cumpliendo este domingo 92 años de aquel retiro, aunque la invasión volvió en el 1965.
“El tan anhelado 12 de julio del 1924, día de la inauguración del nuevo Gobierno del presidente Horacio Vázquez, fue un momento singular e histórico para la nación. Días después, el general Larry Lee comenzó a ejecutar el retiro de las tropas en pocos meses. Finalmente, para la fecha del 18 de septiembre de 1924 salió el último contingente de tropas norteamericanas, y la desocupación militar se convirtió finalmente en una realidad. El país finalmente había recuperado su soberanía política”.
El dato lo refiere Eduardo Tejera en un discurso que pronunció durante su ingreso como miembro Correspondiente Nacional a la Academia Dominicana de la Historia, en septiembre del 2015.
El discurso es parte de una colección de conferencias que abordan la Ocupación Militar Norteamericana 1916-1924 publicada en la edición 191 de la Revista Clío, de la Academia de la Historia.
Tejera hace un recuento de cómo fue surgiendo el espíritu nacionalista entre los dominicanos que crearon el ambiente para lograr salir del intervencionismo que inició en noviembre del 1916, cuando el Capitán estadounidense H.S. Knapp hizo la proclama pública de que se anulaba el gobierno de Francisco Henríquez y Carvajal, y que se instalaba un gobierno de ocupación militar.
Las razones que llevaron a ese hecho, la atribuyen varios historiadores a la política de endeudamiento que mantuvieron gobiernos como los de Buenaventura Báez y Ulises Heureaux (Lilís), que llevan a los extranjeros a apoderarse de las aduanas dominicanas. Luego la situación de inestabilidad política provocó la sucesión de unos cinco presidentes en apenas cuatro años.
No obstante, ante los dominicanos la intervención no fue bien vista, y como narra Tejera, generó gran indignación y frustración en la población.
“Desde el inicio de la ocupación, la gran mayoría de la población dominicana se opuso y expresó su gran repudio”, comenta.
Herbert Stefan Stem Díaz, en una conferencia pronunciada, y que también se recoge en la Revista Clío, destaca el papel del doctor Francisco Henríquez y Carvajal, al que califica como figura clave en el proceso de desocupación.
A Henríquez y Carvajal se le atribuye haber iniciado la primera acción nacionalista que consistió en una campaña pública que inició en Nueva York, en la que explicaba la ilegalidad de la invasión, y tratar de negociar la salida de los militares. Sus gestiones y la de otros políticos e intelectuales dominicanos culminaron con el acuerdo que llevó a la salida de las tropas interventoras.
El Plan Hughes Peynado
La salida de las tropas norteamericanas de la intervención del 1916 se fundamentó en el acuerdo que, gracias a las gestiones nacionales, se logró firmar en Washington, el 22 de junio del 1922.
Dicho acuerdo se le conoce como el Plan Hughes –Peynado que, entre otras cosas, planteaba la instalación de un gobierno provisional compuesto por ciudadanos dominicanos, y un proceso de reformas legislativas, así como el que se iniciara el proceso para llamar a elecciones.
Dicho acuerdo se le conoce como el Plan Hughes –Peynado que, entre otras cosas, planteaba la instalación de un gobierno provisional compuesto por ciudadanos dominicanos, y un proceso de reformas legislativas, así como el que se iniciara el proceso para llamar a elecciones.