BOGOTÁ, Colombia. Unos 35 millones de colombianos se aprestan para votar el domingo en un plebiscito que avalará o rechazará los acuerdos firmados el lunes entre el gobierno y los rebeldes de las FARC. La consulta es un paso necesario para iniciar un proceso de desmovilización y desarme de la guerrilla.
El plebiscito responderá a la pregunta de si los ciudadanos aceptan o no los convenios para la paz, firmados el lunes en Cartagena por el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Según los expertos, la abstención durante la consulta será alta, incluso entre quienes tienen una posición tomada.
A juzgar por lo que se veía en las calles el sábado, se respira polémica entre los ciudadanos: hay globos rosados con la palabra “sí” con los que se pide apoyar los acuerdos y plateados por el “no”. Se percibe la misma división en las plazas, en las mantas que cruzan calles y avenidas, en marchas con tambores, carteles en las vitrinas de comercios y casas.
“Creo en el voto del sí del domingo porque es limpio y ético”, dijo a la AP Lina Chaparro, una estudiante de ciencias políticas de 29 años, quien la víspera participó en una manifestación de centenares de jóvenes de universidades que se pronunciaron a favor de lograr la paz en el país a partir de los acuerdos logrados en La Habana.
Encuestas recientes calculan que de los votos emitidos, el 62% será a favor del “sí” y el 38% del “no”, pero dado que los comicios no son obligatorios en Colombia, los mismos expertos calcularon un alto abstencionismo por lo que solo el 37% de los empadronados irían a las urnas.
“Voy a votar por el ‘no’’’, comentó por su parte Esperanza Galvis, 54 años, una vendedora ambulante. “No creo en ningún proceso de paz con las FARC... porque nunca habrá paz con hambre y desigualdad”. Galvis se quejó de los privilegios que obtendrán los rebeldes una vez que se desmovilicen. Según las autoridades la ayuda para los guerrilleros será menor a un salario mínimo.
Los acuerdos negociados en Cuba contemplan que el partido que surja de las fuerzas desmovilizadas participará en los comicios de 2018 y 2002 y se les garantizará un mínimo de cinco curules para el Senado y cinco para la cámara baja.
Asimismo, se estableció que la recolección y almacenamiento del armamento en poder de las FARC se desarrollará en tres fases: a los 90, 120 y 150 días de la firma de la paz. También se estableció un mecanismo de monitoreo de los acuerdos a cargo de expertos de Naciones Unidas y de las partes.
Mientras se desarrolla el proceso, los guerrilleros se concentrarán en zonas transitorias.
También se acordaron puntos sobre el resarcimiento a las víctimas, la distribución de tierra y la justicia que se aplicará a guerrilleros y militares que hayan cometido excesos, así como una amnistía. Además se acordaron planes para el retorno de población desplazada.
Según cifras oficiales, las FARC tienen en sus filas a unos 6.000 combatientes.
En los últimos 15 años el ejército colombiano, apoyado por el gobierno de Estados Unidos, desató una ofensiva que diezmó las tropas del movimiento insurgente y replegó a sus combatientes pero sin lograr derrotarlos, lo que puso a las partes en la necesidad de sentarse en una mesa de diálogo.
Las conversaciones comenzaron en Noruega a finales de 2012 y casi inmediatamente se trasladaron a Cuba, donde se fueron construyendo los acuerdos día a día.
En la comunidad internacional los acuerdos concitaron tantos apoyos que hasta el papa Francisco confirmó la víspera que vendría a la nación sudamericana luego de que el acuerdo estuviera “blindado por el plebiscito”.
“Yo veo que el presidente Santos ha arriesgado todo para la paz, pero hay algunos otros que están arriesgando todo para continuar en la guerra”, dijo el papa durante una comparecencia en el Vaticano el viernes.
El director de la Policía Nacional, el general Jorge Nieto, dijo a periodistas que espera que el plebiscito sea uno de las elecciones más tranquilas en las últimas décadas.
De todas maneras, destacó Nieto, habrá un dispositivo de 304.000 uniformados para garantizar los comicios en más de 1.000 municipios y 32 departamentos del país.
El gobierno también prepara conversaciones con la segunda guerrilla del país, el Ejército de Liberación Nacional
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