A primeras horas de la mañana, algunos comercios del centro de la ciudad abrieron una sola puerta, pero luego que desconocidos que se desplazaban en una motocicleta lanzaron una bomba de gas lacrimógena a la tienda “La Suerte”, ubicada en la calle San Francisco esquina calle Papi Olivier, optaron por cerrar
Foto: Francisco Calderón/San Francisco de Macorís vive momentos de tensión.
SAN FRANCISCO DE MACORIS.- La población acogió el llamado a huelga general por 24 horas convocado por organizaciones políticas y populares que exigen la renuncia del presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario, y del pleno del organismo.
La protesta fue rechazada por las entidades de empresarios y comerciantes, por entender que cualquier reclamo debe de hacerse por las vías institucionales correspondientes.En recorrido realizado por las principales arterias comerciales se pudo comprobar que el cierre es total.
A primeras horas de la mañana, algunos comercios del centro de la ciudad abrieron una sola puerta, pero luego que desconocidos que se desplazaban en una motocicleta lanzaron una bomba de gas lacrimógena a la tienda “La Suerte”, ubicada en la calle San Francisco esquina calle Papi Olivier, optaron por cerrar.
“El paro es completamente cívico, por lo que no hay razón para la represión, por lo que sus organizadores evitaran cualquier tipo de provocación de parte de la intolerancia”
El transporte urbano e interurbano también paralizó sus labores. Sin embargo el desplazamiento de vehículos privados era normal hasta media mañana, observándose muchos vehículos en calles de la parte céntrica, aunque no así en importantes avenidas como la Libertad y Bienvenido Fuertes Duarte, donde la circulación vehicular es prácticamente nula.
La docencia es nula en planteles públicos y privados y por igual en las universidades que operan aquí.
Tropas del ejército y la policía patrullan la ciudad, en prevención de incidentes.
El Consejo para la Defensa y Desarrollo Comunitario y el Bloque de Organizaciones Democráticas, convocaron al paro por 24 horas, reclamando la renuncia de Roberto Rosario y del pleno de la Junta Central Electoral (JCE), por entender que fueron coparticipe del más grande fraude electoral que se ha cometido en la historia de la República Dominicana, que ha vulnerado la voluntad popular y lesionado la democracia.
En recorrido realizado por las principales arterias comerciales se pudo comprobar que el cierre es total.
La huelga se desarrolla pese a que sectores comerciales y empresariales, entre ellas la Unión de Comerciantes y Empresarios del Nordeste (Ucenor) y la Cámara de Comercio y Producción de la provincia Duarte, se opusieron.
Por igual mostraron oposición al paro la Unión de Juntas de Vecinos de la provincia Duarte y la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), en virtud de que la jornada de protesta no es reivindicativa que reclame obras para la población, sino que es política, por lo que no la están respaldando.
El Consejo para la Defensa y Desarrollo Comunitario y el Bloque de Organizaciones Democráticas, emitieron un comunicado, donde saludan el respaldo que al llamado a huelga ha dado la población francomacorisana.
Exhortaron a los habitantes de esta ciudad a mantenerse en sus hogares, para evitar ser víctimas de acciones indeseadas, que pudieran cometer sectores interesados en desacreditar el movimiento de protesta y reprimir la población.
“El paro es completamente cívico, por lo que no hay razón para la represión, por lo que sus organizadores evitaran cualquier tipo de provocación de parte de la intolerancia”, señala el documento.
En torno al llamado al diálogo que han formulado sectores empresariales y comerciales que se opusieron a la huelga, las entidades aseguran que cualquier diligencia que se quiera realizar sobre el paro y los que están por venir, los interesados deben hacerlas con el presidente Danilo Medina, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Roberto Rosario y el pleno de la Junta Central Electoral, para persuadirlo de que cometieron un fraude y se robaron la voluntad popular y esto podría poner en peligro la estabilidad de la democracia, la gobernabilidad y la paz.