NACIONES UNIDAS. Corea del Norte lanzó en las últimas horas un nuevo misil, en abierto desafío al clamor de la comunidad internacional para que suspenda esos ensayos, y haciendo oídos sordos a una petición planteada horas antes en la ONU para que cese su programa atómico.
La nueva prueba forma parte del programa de ensayos nucleares norcoreanos que comenzaron con una primera prueba el 9 de octubre de 2006 y que han incluido también numerosos lanzamientos de misiles balísticos, algunos exitosos y otros fallidos.
Precisamente el realizado hoy resultó fallido, según informaron fuentes militares surcoreanas, que suelen anticipar informes sobre los ensayos nucleares y balísticos que lleva a cabo el régimen de Pyongyang.
“Corea del Norte disparó un misil no identificado desde un lugar en Bukchang en la provincia de Pyeongan del Sur en dirección al noreste a las 5:30 horas (20:30 GMT)”, informó en un comunicado el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
El comunicado señala, además, que el lanzamiento había resultado fallido porque el misión estalló a los pocos segundos del lanzamiento.
La nueva prueba de misiles se produce en un momento de alta tensión entre el régimen de Kim Jong-un y EE.UU. precisamente por los continuos lanzamientos de misiles de Pyongyang y la movilización de un portaaviones nuclear a la región por parte de Washington.
Se trata de la primera prueba balística de Corea del Norte desde la realizada el pasado 16 abril, que igualmente resultó fallida, coincidiendo con las celebraciones del 105 aniversario del nacimiento del fundador del país, Kim Jong-un.
En Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, confirmó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había sido informado ya de la nueva prueba norcoreana.
También se confirmó que el Comando Pacífico del Ejército estadounidense había detectado también el lanzamiento del misil.
La prueba norcoreana se conoció horas después de que, en Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU celebrara una sesión especial, en el nivel ministerial, para analizar las amenazas que representa el programa nuclear norcoreano.
En esa reunión, el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, pidió a las principales potencias mundiales sentadas junto a él que se ejerza más presión sobre el régimen de Pyongyang} para forzar al país a que abandone su programa nuclear.
“Dada la creciente amenaza, ha llegado el momento de que todos pongamos nueva presión sobre Corea del Norte”, afirmó Tillerson.
Insistió en que Corea del Norte representa “el asunto de seguridad más acuciante del mundo” y defendió que la comunidad internacional necesita actuar de forma urgente y hacerlo de forma más contundente que hasta ahora.
“Durante los últimos 20 años, los esfuerzos bienintencionados (...) han fracasado”, dijo Tillerson, recalcando que el tiempo de la “paciencia estratégica se ha acabado”.
En las últimas semanas, el Gobierno de Donald Trump ha venido endureciendo su mensaje contra Pyongyang, advirtiendo sobre la posibilidad de un conflicto armado, y dejando clara su disposición a utilizar la fuerza si es necesario.
Tillerson insistió hoy en esa idea, subrayando que las herramientas diplomáticas y financieras deben estar respaldadas por una “disposición a contrarrestar la agresión norcoreana con acciones militares”.
“Preferimos una solución negociada a este problema. Pero estamos comprometidos a defendernos a nosotros y a nuestros aliados”, subrayó.
Tillerson destacó que la “amenaza de un ataque nuclear sobre Seúl o Tokio es real” y consideró que solo es cuestión de tiempo que Corea del Norte desarrolle las capacidades necesarias para alcanzar el territorio estadounidense.
“Urjo a este Consejo a actuar antes de que Corea del Norte lo haga”, dijo Tillerson en su primera visita a la ONU desde que se convirtió en el jefe de la diplomacia del gabinete de Trump.
Previamente, el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, reiteró la preocupación de la organización sobre ese tema, por una parte, pero también de los peligros que hay si surge una escalada militar.
“Estoy alarmado por el riesgo de una escalada militar en la región, incluso por un error de cálculo o malentendidos”, afirmó Guterres.
Guterres, además, lamentó “la ausencia de comunicaciones” con Corea del Norte. “Necesitamos evitar errores de cálculos o malentendidos -insistió-. Necesitamos actuar ahora para prevenir un conflicto y conseguir una paz sostenible”.